Entradas

MASCARILLAS Y RESPIRACION

Para la mayoría de las personas el ponernos una mascarilla esta siendo una experiencia nueva, que no teníamos prevista, no exenta de incomodidades. Nos hemos encontrado que no nos ajustan bien, que se resiente nuestra piel y que nos dificulta la respiración.

 

En algunos de los casos, la razón por la que no respiramos bien no se debe a la mascarilla si no a un problema respiratorio previo que ya había sido detectado y tratado por los especialistas, como por ejemplo el asma. En otros casos, se debe a una mala forma física, antes resoplábamos cada vez que teníamos que subir unas escaleras o una cuesta y ahora con la mascarilla se nos hace más evidente.

Pero en la consulta me encuentro con gente que respira mal debido a una alteración del sistema nervioso. La angustia, el miedo, la sensación de falta de control, genera una reacción en nuestro sistema nervioso. Es decir, estas emociones se manifiestan en nuestro cuerpo, generando una respiración más agitada y poco profunda, es esta la que puede hacer que a veces notemos ahogo, presión en el pecho, o que el corazón nos va más rápido.

Por ello, cuidar de nuestra respiración es cuidar de nuestra salud emocional y viceversa.

De esta manera, la próxima vez que notéis molestia al respirar o sensación de ahogo, en lugar de frustraros con esta situación, os invito a pensar si estáis enfadados, asustados o preocupados. Y si podéis, que os fijéis en si esa respiración hace que se mueva el pecho de forma acelerada. Si fuera así, es importante que podáis parar y relajaros.

Puede, que a algunas de las personas que me estáis leyendo, esta indicación se os quede corta, intentéis hacerlo y no os salga, o que incluso os deis cuenta de que, en casa sin la mascarilla puesta, también tenéis una respiración acelerada o notéis una presión del pecho que no desaparece.

Para quienes os pase, existe la posibilidad de ayudaros a conocer y manejar vuestra respiración en nuestro centro mediante el método de Biofeedback. Realizamos sesiones en las que os colocamos un sensor que nos mide de forma continua nuestra respiración y que con ayuda de una psicóloga podremos identificar que es lo que tenemos que hacer para que nuestra respiración sea relajada y profunda. Es más, con este método también podemos identificar si tenemos un exceso de tensión, si se altera nuestro ritmo cardiaco, entender porque a veces sudamos sin razón o tenemos una temperatura tan baja.

 

Olaia Aizpiri Aguirre

Psicóloga Sanitaria y Neuropsicóloga

Compartir esta publicacion