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OTRA MIRADA

En muchas ocasiones hay personas que justifican determinadas actuaciones diciendo “yo soy así”. Frecuentemente en consulta nos preguntan si realmente se puede cambiar, si van a poder actuar y funcionar de otra manera de la de siempre.

Esta misma pregunta me la planteó un hombre de 55 años que estaba diagnosticado de un Trastorno de Ansiedad desde hace 33 años y tomando mucha medicación para sus crisis desde entonces. Acudió a nuestra consulta tras pasar por muchos servicios con la idea de que la medicación era de por vida y que no había muchas más soluciones para él que ir aumentando las dosis, tenía una pauta de Trankimazin muy elevada que podía aumentar a demanda cuando se encontrara peor. Las únicas emociones de las que era capaz de hablar eran “ansiedad/angustia y rabia”.

Al mismo tiempo que se le indicaron unas pautas relacionadas con sus hábitos higiénico-dietéticos y se le administraron nutrientes para el cerebro, se comenzó un tratamiento con técnicas de biofeedback.

Mediante este tratamiento ha conseguido modificar conductas perjudiciales para su salud, tanto a nivel físico como mental ya que esta técnica es un proceso que incluye condicionamiento, retroalimentación instrumental, modificación de conducta y mecanismos de adaptación, combinándolos con técnicas de relajación. De esta manera ha ido regulando y controlando sus funciones corporales (tensión muscular, respiración …) pudiendo bajar las dosis de medicación, encontrándose más centrado y con la cabeza mucho más despejada. Ha aprendido a pararse y pensar en lo que hace y sus consecuencias, a preocuparse más de él mismo y no pensar tanto en lo que los demás esperan de él. También ha modificado las prioridades de su vida; el trabajo, que antes era su primera preocupación ha pasado a estar detrás de su cuidado y el de su familia, lo importante empezó a ser él.
El último día que ha venido a la consulta, tenía muchas ganas de contarme los cambios que ha experimentado. Como siempre que se veían, su nieto de 5 años se abalanzó hacia él abrazándole y por primera vez sintió mucha alegría y ternura en ese momento Luego se sintió muy reconfortado al recordarlo. Tambie? me ha comentado que han cambiado muchas cosas: ahora tiene otra percepción de lo que le rodea y empieza a ser consciente de lo que siente y le gusta sentir, antes iba por la vida sin darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor y sin prestar atención a nada, solo preocupado y angustiado por resolver temas laborales. Tiene menos dificultad en tomar decisiones porque esta más centrado. Me comenta que nunca se había fijado en las formas de los montes y en sus tonalidades, ahora “ve” cómo se mueven los árboles y cambian sus colores, por primera vez ha descubierto lo hermoso que es sentarse a contemplar un amanecer, sintiéndose tranquilo, sin pensar en nada más.
Siente que ha cambiado, “soy el mismo pero veo las cosas de otra manera, siento que quiero más, me siento alegre, me gusta mi ternura …. He aprendido a controlar mis estados físicos y a gestionar mis estados emocionales”.
Al mismo tiempo que se consigue disminuir la medicación, al entrenarnos en la regulación de nuestro cuerpo, dejamos de preocuparnos de él y empezamos a ocuparnos de nuestro bienestar emocional, sintiendo y “viendo” la vida de una manera diferente. Este es el cambio que ha experimentado este hombre que pensaba que no había otra solución que no fuera la toma de medicación para su sensación de malestar.

Esther Arandia. Psicóloga Clínica

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