DESDE EL LADO OSCURO
Se que es inevitable caer “algunas veces” en el lado oscuro. Lo suelo notar inmediatamente en el cuerpo.
Cuando tu amigo, que tiene un trabajo estupendo y bien remunerado te comenta que su jefa le ha felicitado y aumentado el sueldo, mientras tu estás “aguantando” en el tuyo como puedes y sin ningún reconocimiento. Ese vecino que siempre que puede se va el fin de semana “a disfrutar” y tú te quedas en casa “ordenando”. Cuando en el parque te dicen de tu hijo pequeño: ¡qué niño tan malo!, es “de la piel del diablo”.
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