Detoxificación y limpieza

Filosofía de tratamientos

Bajo condiciones normales, el sistema inmune utiliza los órganos de eliminación para mantener el balance interno del organismo.

El cuerpo está constantemente en un proceso de detoxificación a través de la circulación de la sangre y la actividad constante de órganos de detoxificación como el hígado, los riñones, la piel y el sistema digestivo, el hígado, principal responsable de la eliminación de toxinas ambientales, fármacos, alcohol, cafeína; el riñón, que elimina las toxinas ya detoxificadas de metales pesados como el plomo; el pulmón, que elimina gases, anestésicos, etc.; o la piel, que además de actuar de barrera frente a la entrada de toxinas cuenta con la capacidad de detoxificar sustancias químicas contenidas en cosméticos o pesticidas.

La cantidad de sustancias “extrañas” en el organismo, es muchas veces mayor que lo que los órganos encargados de la detoxificación, pueden limpiar. El organismo está sometido diariamente a toxinas provenientes tanto del exterior como del interior del cuerpo. El estilo de vida actual, la contaminación, la alimentación, el estrés, el abuso de fármacos, el consumo de tabaco, alcohol, entre otros factores, tienden a acumularse y lograr efectos negativos. Las principales señales de intoxicación en el cuerpo, para estar atento, son las alergias, el asma, la fatiga, el cansancio injustificado, los problemas digestivos, las infecciones frecuentes, el insomnio, los problemas cutáneos, la celulitis u obesidad y la retención de líquidos.

Por ello, es importante contemplar la posibilidad de detoxificar el cuerpo dos o tres veces al año. Este proceso consiste en favorecer la función linfática, gastrointestinal, hepática, biliar y renal del cuerpo. De esa forma mejorará el funcionamiento del sistema inmunológico y aliviará los síntomas de las enfermedades causadas por las toxinas.

Elementos básicos de un proceso de detoxificación:

  • Ejercicio regular: caminar, correr,…
  • Eliminación de tóxicos: alcohol, tabaco, …
  • Dieta: fruta, verduras, legumbres, pescado, …
  • Beber de 1,5 a 2 l. de agua diarios.

La duración del tratamiento dependerá de la persona pero por término medio.

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